El 3 de febrero a las 17:00 de la tarde en la sala de trabajadores don Javier bendijo los roscos de San Blas.
El personal de cocina entrego las bandejas con los roscos al personal de cada unidad y ellos fueron los encargados de repartirlos entre nosotros. No había para poder repetir todos, pero al que podía se le daba el segundo.
En la merienda a todos nos habían dado otro rosco de San Blas pero diferente al que se repartió en la actividad. El de la merienda era más pequeñito pero más blando y jugoso que el que se bendijo en trabajadores, que nos costó más trabajo comer.
Después había baile, pero hacía un día estupendo para poder pasear y se fue cada uno donde mejor le pareció, en la sala solo quedamos Maite, Koldo y alguno más.
Bailamos una pieza y nos marchamos a la unidad.
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