El domingo 26 de febrero del 2012, a las 17:30 ,en la sala de trabajadores vino a visitarnos el grupo de teatro Tipi-Tapa.
La primera obra fue “Novios por Internet”, donde los protagonistas se conocen a través de una agencia matrimonial que funciona por vía internet y donde los datos que se habían intercambiado eran totalmente contrarios a la realidad, lo que provocó que aunque los dos acudieron a la cita, ninguno de ellos se reconoció.
Él decía ser rubio, alto, con los ojos azules, cuando en realidad era pequeño, moreno, flaquito y con ojos oscuros.
Ella envió la foto de su prima, “una mujer de bandera” siendo ella en realidad, bajita, no muy delgada y morena, imagen algo diferente a la enviada en la foto.
Él se llamaba Picio y ella Leandra; y mientras ella esperaba a su “novio” en el banco, recibió la visita de nuestra María de la O que haciendo punto le acompañó durante un rato en su espera. Ella le contó que estaba esperando a su novio para conocerle, cosa que extrañó a María y esperó con curiosidad a ver la aparición de éste.
Pero tuvo que marcharse porque su marido necesitaba entrar en el baño de casa y no tenía llaves.
La segunda obra se titulaba “El retoño de Leoncia”. Aniceto y Leoncia eran marido y mujer.
Vivía con ellos su suegra con la que Aniceto no se llevaba muy bien que digamos, mas bien, todo lo contrario, rifándose un bastonazo a lo largo de toda la obra.
Llevaban casados seis meses y Aniceto estaba desesperado porque Leoncia no se quedaba “preñada”.
A Aniceto se le ocurre que como tenía un primo que se llamaba Margarito y que tenía 6 hijos, pues pensó hacer un intercambio, del que Leoncia no tendría conocimiento al hacerlo con la luz apagada.
Esto lo pensó ya que su suegra le decía a Aniceto que el problema debía ser suyo, ya que, todos los de su familia habían tenido hijos.
Tras el intercambio, reciben un día la visita del médico (Emérito) y Aniceto le cuenta lo del intercambio.
El médico le dice que cómo se le ocurre hacer un intercambio con su primo que tras el sexto hijo se hizo la vasectomía. Tras saber todo esto Aniceto, Leoncia termina “preñada”. Pasan los 9 meses y el niño al nacer es igual que Margarito (que no puede ser el padre por tener la vasectomía hecha) y al final la suegra y Leoncia confiesan todo lo ocurrido al médico.
La suegra viendo que ni Aniceto ni Margarito iban a embarazar a su hija, se la llevó a la capital donde trabajaba Venancio (hermano de Margarito) como gigoló. Contrató los servicios de éste y Leoncia se embarazó.
Como el niño se parece a Margarito, Aniceto decide hacerle las pruebas de paternidad al niño y a través de un garrotazo consigue sangre de Margarito y se le lleva al médico para que la analice.
Al dar los resultados el médico miente sólo a medias, ya que, confirma a Aniceto que Margarito no es el padre de su hijo, por lo que Aniceto termina tranquilo.
