lunes, 10 de mayo de 2010

Santa Águeda

El día 5 de Febrero desde hace años al Centro Psicogeriátrico San Francisco Javier de Pamplona acudían los chicos de la Ikastola Axular para cantar en el pasillo de cafetería las coplas a Santa Águeda. Entonaban los cánticos y al ritmo de la música paloteaban en el suelo.


Este año, los chicos han faltado a su visita aunque los estábamos esperando. El motivo parece haber sido un cambio de situación física de la Ikastola y se han marchado lejos del Centro. De cara al año que viene nos toca averiguar cual es ahora la Ikastola más cercana al Centro para pedirles que el año que viene nos incluyan en su agenda de visitas para el día de Santa Águeda, ya que para nosotros la visita de los pequeños al centro es muy grata.

Entrega del Premio del Concurso de Belenes 2009

El 20/01/2010 a las 11 de la mañana en el pabellón de Bideberri 2 se decoró las mesas con un mantel de tela y se procedió a la entrega del premio del concurso de belenes 2009, que como en años anteriores era una invitación a un lunch para la unidad ganadora.

Este año estaba compuesto por canapés, fritos variados, chorizo, jamón, queso, frutos secos, patatas fritas y refrescos variados. Se acompañó el aperitivo con música y baile en el pabellón.

Roscos de San Blas

En la festividad de San Blas es costumbre bendecir alimentos varios para prevenir las enfermedades relacionadas con la garganta. Pero lo más característico son los llamados roscos de San Blas cuyo epicentro de venta en Pamplona se encuentra en la plaza San Nicolás, junto a la Iglesia.


En el Centro Psicogeriátrico San Francisco Javier, el párroco Don Javier a las 16:30 de la tarde, en la sala de trabajadores procedió a bendecir los que momentos después degustarían todos los asistentes.

Hubo personas que optaron por no asistir por diversos motivos, entre otros el que no se les vea como “gorrones”. Y como todos los residentes tenían un rosco en la merienda, algunos con ese tuvieron suficiente a pesar de tener la posibilidad de degustar 3 o 4.

Los roscos se encontraban en la mesa principal, donde estaba el personal de cocina y el responsable de la cafetería. Este distribuyó a cada unidad los roscos correspondientes, y cada unidad hizo el reparto a sus residentes desde la mesa que tenía asignada cada pabellón.

El convite estuvo amenizado, por música pop, pachanga, rumbas, pasodobles, y aunque hubo variedad a algún asistente no le gustó la música porque eran casi todas rancheras.

Mucha gente bailó y otros muchos se mantenían como espectadores.

Los acordes y los sones quedaron en el olvido a las 6 menos 10 de la tarde hasta el próximo festejo.