Se trata de una época de recogimiento, en la que se vive con intimidad la Pasión y Muerte de Cristo. También se aprovecha para representar estos hechos a través de diversas formas de expresión.
En las distintas regiones de España se vive de forma diferente: desde el silencio solemne propio de Castilla, hasta el sentimiento a flor de piel de Andalucía o el estruendo de los tambores de Aragón. En Navarra, destaca por un lado la escenificación de Bajada del Ángel en Tudela el Domingo de Resurrección y la procesión de la Dolorosa el Viernes Santo en Pamplona.
Aquí en el centro, conmemoramos estos días comiendo las tradicionales torrijas o rondillas el Viernes Santo.
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