En la Fiesta de Psicogeriatría vino el Grupo Ilusiona. Cantaron canciones del folclore popular madrileño, todas conocidas y muy castizas, casi todas ellas eran cuplés.
La gente se integró en la fiesta; los “bravos” fueron muchos; el público se deshizo en aplausos, ya que, el Grupo Ilusiona consiguió metérselos en el bolsillo con su desparpajo.
Eran todas mujeres de mediana edad, ataviadas con vestidos regionales y de época. Se manejaban muy bien con el play-back. La actuación duró algo más de una hora, pero, se hizo corto. Lo único que le falló a la actuación fue que no nos dieron unos pintxos.
Hasta una de las actrices se atrevió a hacer de ventrílocua, haciendo hablar a un muñeco de una abuela, con agujas de punto incluidas.
Alguna de las canciones que se oyeron esa tarde fueron: Tatuaje, El relicario, Fumar es un placer, La violetera, Por la calle de Alcalá; en esta última parecía la voz de Rocío Dúrcal.
Se echaron en falta algunas canciones como: Pichi, Una morena y una rubia.
Amenazaron con volver; ante esa amenaza les decimos gustosos… ¡Qué vuelvan!
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